Nació en Buenos Aires el 10 de abril de 1887, fue un estudiante prodigio y se graduó de bachiller a los 13 años, en el Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA); a los 17 se recibió de farmacéutico y a los 23 de médico.

Trabajó en el Instituto Bacteriológico Nacional (hoy, Instituto Malbrán), dirigiendo el Departamento de Sueros y participó de la campaña nacional sobre antídotos de víboras en distintas provincias del país.

Participó en la creación del Instituto de Fisiología en la Facultad de Medicina, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y fue designado profesor titular de la Cátedra de Fisiología, espacio que convirtió en el moderno centro de investigación Instituto del Dr. Houssay.

Entre muchos trabajos, premios y publicaciones en 1945 publica, junto a un extenso y prestigioso grupo de trabajo, el tratado “Fisiología humana”, la que fue traducida a varios idiomas, entre ellos, al francés, inglés, portugués e italiano, un hecho importantísimo de la divulgación científica argentina.

Sin dudas, esta obra, abrió la puerta para la consagración internacional, que llegó aquel 23 de octubre de 1947, cuando fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.

Así se convirtió en el primer latinoamericano en recibir la distinción en ciencias. Sus investigaciones y descubrimientos sobre el papel de la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre resultaron esenciales para comprender la diabetes.

Gran impulsor y primero en presidir el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con el objetivo de fomentar el desarrollo de la ciencia para el desarrollo del país.

Hoy celebramos un nuevo “Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología”, fecha que la UNESCO estableció en 1982, para reconocer el impacto, trayectoria, trabajo y legado del Dr. Bernardo Houssay.